En la actualidad es muy frecuente escuchar a personas que dicen tener ansiedad por comer. Un estado en el que se come de manera impulsiva sin sentir hambre y sin ser objetivos con lo que comemos. Tienen la necesidad de comer todo el rato, aunque realmente no tengan hambre.
Lo que está sucediendo es que intentan calmar algo que les incomoda o les está haciendo sentir mal. Aunque en la mayoría de los casos lo que nos sucede es algo emocional, y por mucho que comamos no lo vamos a solucionar.
Esto agrava aún más la situación, ya que al haber comido algo que no necesitamos podemos generar una sensación de culpa.
Vamos a intentar explicar porque se puede producir la ansiedad y cómo combatirla.
¿Por qué se genera cierta ansiedad por la comida? || El origen de la ansiedad por la comida
En muchas ocasiones, cuando nos sentimos mal y no somos capaces de controlar nuestras emociones, nos refugiamos en la comida. Comer actúa como ansiolítico natural ya que genera dopamina que hace que nos sintamos bien. Pero esa sensación nos dura bien poco.
Haciendo que la sensación de malestar sea peor por haber comido de más, o habernos saltado “la dieta”. Entonces empezamos a decirnos cosas como “no debería” o “no tendría que haber…”.
Esa manera de hablarnos prohibitiva hace que aun deseemos más la comida, y que cada vez nos cueste más controlar ese deseo y la emoción vaya cayendo en picado.
Cuando nos encontremos en un momento de hambre emocional, lo mejor es encontrar el origen, de donde viene ese sentimiento, para poder trabajar en ello directamente y evitar todo lo hablado anteriormente. Si para ti es muy difícil, puedes pedir ayuda a un profesional que te guíe en el proceso de superación.
Pues de no hacerlo, además de agravar el motivo y no cuidarte, puede derivar en problemas mucho más serios.
En resumen, para poder controlar el hambre emocional, debemos trabajar sobre todo en nuestras emociones.
Mayoritariamente el origen de nuestra ansiedad está en los pensamientos. Dependiendo del tipo de pensamiento, se genera una emoción u otra, y esas emociones tienen un impacto directo en nuestro organismo.
Revisa los pensamientos desde que te levantas, verás que sorpresa te llevas.
¿El estrés engorda o adelgaza?
Generalmente cuando vamos estresados solemos generar más cortisol, y eso influye en la manera de metabolizar los hidratos, las grasas y las proteínas. Lo cual hará que podamos almacenar más grasa abdominal, ya que cuando nos sentimos ansiosos buscamos algo que nos genere placer, y si el dulce nos los da, pues es lo que vamos a buscar para consumir.
Por el contrario, hay personas que cuando sienten estrés se les cierra el apetito y eso les provoca una pérdida de peso. En la mayoría de las veces, lo que se pierde es masa muscular y eso no nos conviene para nada.
Un indicativo de pérdida de masa muscular es la flacidez en nuestros brazos y piernas, la pérdida del cabello, la fragilidad de las uñas y tener un sistema inmune bajo.
Dificultades en las relaciones personales e interpersonales
A lo largo del tiempo y cada vez más, las relaciones sociales son muy importantes en nuestro día a día, nos sirven de ayuda o vía de escape para el estrés diario que llevamos.
Hay personas que por traumas pasados les cuesta relacionarse con los demás. Teniendo malestar e incluso sintiendo emociones negativas como miedo, frustración, rechazo, o sintiéndose infravalorados por los demás. Eso puede llegar a ser muy peligroso para nuestro bienestar emocional.
¿Qué puede estar causando la dificultad a la hora de relacionarnos con los demás?
- Tener una baja autoestima e inseguridad personal.
- Haber tenido experiencias en el pasado donde nos hayamos podido sentir ridiculizados o rechazados.
- Ser introvertidos.
- Depresión.
- Que nos cueste controlar nuestro carácter o que podamos sentir ira desmedida etc…
Si te has sentido identificad@ con alguna o todas ellas, no sufras, no pasa nada, la buena noticia es que sobre todo ello se puede trabajar.
Las habilidades sociales son conductas que nos ayudan a comunicarnos y relacionarnos con los demás de una manera satisfactoria. Estas habilidades pueden aprenderse.
Aprender a solucionar conflictos tanto internos como externos, mejorar la comunicación verbal y no verbal que tengamos.
Cómo reaccionamos a las críticas y cómo expresamos lo que sentimos. Claro está, aceptándonos a nosotros mismos y respetando a los demás.
También aprender a valorar lo que otras personas hacen por ti y ser agradecidos con ellos.
En definitiva, trabajando en tu desarrollo personal, conociéndote y detectando porque te suceden esas cosas, para poder trabajar directamente sobre ello.
Estos libros me ayudaron muchísimo en mi desarrollo personal
¿Se puede calmar y reducir la ansiedad rápidamente?
Hay momentos en la vida en los que podemos llegar a sentirnos un poco ansiosos por ciertas circunstancias. Y no pasa nada, solo hay que saber cómo combatirlas y trabajarlas.
Una manera rápida de tratar un ataque fuerte de ansiedad es haciendo respiraciones profundas con el diafragma, poniendo toda nuestra atención en lo que estamos haciendo.
Aquí te dejo unos cuantos tips que te ayudarán a calmar la ansiedad:
- Si sueles tomar bebidas excitantes, evítalas. Estas solo harán alterarte más.
- El ejercicio físico te ayudará a sentir menos ansiedad. Cuando ejercitamos, disminuimos los niveles de hormonas del estrés y nos distraemos de los pensamientos que puedan estar generando esa ansiedad. Practica yoga, es uno de los deportes que te beneficiaran, ya que ayuda a reducir el cortisol y nos aporta paz mental, entre otros muchos beneficios.
- Escuchar música relajante. La música tiene mucho poder en nuestras emociones. Escuchar música relajante mientras te imaginas en un lugar que te aporta paz, como puede ser una playa o la montaña. A su vez, hacer respiraciones pausadas y profundas hará que entres en un estado de relajación.
- Practica meditaciones guiadas
- Evita procrastinar. Cuando retrasamos algo que sabemos que tenemos que hacer nos genera más ansiedad.
- Crea rutinas y hábitos, fíjate horarios para todo y cumple con ellos.
- HABLA, hablar con alguien de confianza y contarle todas esas cosas que te preocupan y cómo te sientes te ayudará a que te puedas desahogar y disminuyas la ansiedad. Además, tener otro punto de vista quizás más objetivo te pueda ayudar a buscar soluciones.
¿Cómo combatir y controlar la ansiedad por comer?
Llegados a este punto hay un gran trabajo por delante a nivel emocional. Pero hay cosas que puedes hacer para que sea más fácil ese proceso.
Cuida tu alimentación y bebe bastante agua. Muchas veces confundimos el hambre con la falta de hidratación. Cuando sientas ese deseo tan fuerte de comer y sepas que realmente no tienes hambre, bebe un poco de agua. Eso te ayudará a calmar esa hambre tan repentina.
Tomar proteína en cada comida que hagas. Pues este nutriente nos ayuda a estar más saciados, frenando las ganas de comer compulsivamente.
Los alimentos ricos en fibra también te ayudarán a sentir menos ansiedad. Este es otro nutriente que nos mantiene más tiempo saciados. Eso sí, tómalos con abundante agua para evitar el estreñimiento. así tendrás mejores digestiones y eso hará que la comida te sacie más.
Aprende a gestionar las emociones y no las reprimas. No hay emociones malas. Esas que catalogamos como malas, están ahí para avisarnos de que hay algo a lo que prestar atención.
Dormir bien. Cuando nosotros dormimos, nuestro cuerpo realiza las tareas necesarias para poder funcionar correctamente. No dormir lo suficiente hará que estemos más cansados e irritables, y eso afecta a nuestros niveles de hambre.
La meditación o ejercicios para relajarse. Así disminuyes la tensión de todo el día y puedes calmar tu estado de ánimo, haciéndote sentir menos ansioso.
El ejercicio físico te ayudará a generar hormonas que te harán sentirte mejor y reducirás el estrés.
¿Cómo gestionar y superar la ansiedad desde la psicología?
A lo largo de la vida, una de cada tres personas siente en algún momento de su vida ansiedad o depresión. Es algo común, aquí te dejo unos tips para que puedas combatirlo:
Ocuparse en lugar de preocuparse
Puede ocurrir que la ansiedad generada por la que puedas estar pasando te bloquee y no te deje realizar las tareas que tenías programas para el día. En este punto es importante hacer todo lo contrario, si no, el no hacer lo que debemos nos va a llevar a sentirnos mal y eso agravará la ansiedad que podamos sentir.
Si el problema tiene solución, encuéntrala. Si no, no dediques tiempo, energía y salud en ocupar tu mente con algo que no puedes solucionar, ya que no DEPENDE DE TI.
Ocupa tu tiempo en lo que de verdad importa, aquello que te hace crecer como persona y como profesional en tu área.
Practica ejercicio en la mañana cuando te levantes
Lo que hacemos en las primeras horas del día marca una gran diferencia. Hacer deporte te ayuda a desconectar y cambiar el foco de atención. Además, nos hace sentirnos mejor y eleva nuestro estado de ánimo. Así será mucho más fácil controlar lo que pensamos.
Mantener nuestras relaciones sociales activas
Relacionarte con las personas que más quieres te ayudará también a desconectar del estrés del día y de tus pensamientos negativos. Es más, contarle lo que te sucede a personas de confianza te puede hacer tener otro punto de vista y ayudarte a buscar una solución.
Cuida de ti
Busca actividades que te ayuden a desconectar, como puede ser caminar por la playa o la montaña, leer, dibujar, algún deporte al aire libre, meditar…
Entender cómo funcionan las emociones
Tener malas emociones no es motivo de preocupación, son un sensor que te indica la calidad de los pensamientos que has tenido hasta hoy.
Realmente no hay emociones “buenas o malas”. Una emoción “buena” mal gestionada puede llevar a un sentimiento negativo. Conoces a personas que aman con locura y eso les lleva a tener un gran temor a la pérdida. Los extremos no son buenos, hay que conocer el punto intermedio.
Es bueno hacerse preguntas; ¿Por qué me siento así?, ¿Qué puedo hacer para solucionarlo? ¿Qué es lo peor que podría pasar? Así encontrarás la solución y podrás poner remedio.
Y muy importante, si la situación se agrava y no te ves capaz de salir de ahí tu sol@, busca ayuda para poder hacerlo. A veces reaccionamos a nuestras emociones de manera inconsciente, y la ayuda de un libro o un profesional nos puede venir muy bien.
Practica la meditación
Hoy en día, por nuestro ritmo de día tan acelerado en el que cada vez cuesta más controlar nuestras emociones, practicar la meditación puede generar una serie de beneficios que mejoren la calidad de vida en general.
¿Pero realmente conoces todos sus beneficios?
- Reduce las emociones negativas
- Te ayuda a enfocarte en el presente y a reducir el estrés
- Mejora la creatividad y la imaginación
- Te ayuda a bajar la frecuencia cardiaca
- Mejora la calidad del sueño
- Nos ayuda a tener otro punto de vista de lo que nos sucede
Si eres principiante y nunca la has realizado, puedes empezar con meditaciones guiadas que te vayan poniendo en situación para alcanzar dicha relajación.
El Mindfulness viene muy bien para empezar y sentir las primeras sensaciones. Busca un entorno tranquilo, donde los ruidos no te molesten, dale al play y comienza, veras que bien.
Respiración consciente
Consiste en centrar nuestra atención en nuestra respiración y el estado de relajación en el que entra nuestro cuerpo. Esta práctica nos facilita mucho poder reducir el estrés o la ansiedad producida en el día a día. Además, con la práctica de ello podemos calmar nuestra mente, bloqueando pensamientos negativos y sustituirlos por otros que nos hagan sentir mejor y nos generen bienestar.
Para ello, nos vamos a centrar en cómo el aire de la respiración va entrando por nuestra nariz, llenando nuestros pulmones y exhalando lentamente por la boca, notando como nuestro pecho y barriga van subiendo y bajando con cada respiración, relajando cada parte de nuestro cuerpo hasta llegar a un estado muy placentero. Puedes usar música de fondo que te relaje o el sonido que prefieras.
Dibuja o pinta
Está demostrado científicamente que dibujar ayuda a reducir el estrés, ya que ayuda a reducir el cortisol, que es la hormona relacionada con el estrés.
Comida y alimentos que calman la ansiedad
Solemos relacionar nuestro estado de ánimo con la comida. Cuando nos sentimos bien nos es más fácil elegir los alimentos que más nos convienen, pero cuando nos sentimos mal…
Si no conseguimos controlar nuestras emociones, nuestro bienestar será esclavo de ellas. Incluso podemos llegar a entrar en un bucle vicioso de malas emociones y malas comidas, llegando a ocasionar problemas serios de salud.
Aquí te dejo unos cuantos alimentos que te ayudarán.
Los alimentos que tienen triptófano serán un gran aliado. Este es un aminoácido que favorece la secreción de serotonina. Hormona que influye en nuestro estado de ánimo positivo.
El chocolate. Si, has leído bien, pero cuidado, lo más puro posible, mínimo un 75% de pureza. Las frutas como el plátano y la piña, el pescado azul, las verduras de hojas verdes, los frutos secos (crudos o tostados), los huevos, la avena, los cereales, el pavo y la cúrcuma son algunos de los alimentos que te pueden ayudar.
¿Se puede tener ansiedad después de comer?
Hay ciertos alimentos o bebidas que consumimos, que en algunas ocasiones favorecen la estimulación del sistema nervioso, provocando desajustes en él y dificultando la asimilación de las vitaminas y los minerales.
Si tomas bebidas excitantes y tienes un alto consumo de azúcares o de bollería industrial, intenta reducirlo lo antes posible, ganarás en salud y en economía.
Si al poco tiempo de comer tienes hambre, revisa la cantidad de agua que bebes durante el día (1 litro de agua por cada 25 kg de peso). Intenta equilibrar tus comidas con proteína y fibra, son dos nutrientes que dan saciedad.
Lo normal es tener hambre después de que hayan transcurrido de dos a tres horas de la última ingesta.
¿Es cierto que la ansiedad puede quitarte el hambre?
La mayoría de las personas que sienten ansiedad, suelen experimentar una apetencia desmedida por comer. Aunque, existen personas que la sensación de ansiedad les cierra el apetito.
Eso sucede porque la ansiedad afecta al sistema digestivo, haciendo, además, que las digestiones sean mucho más pesadas y que se puedan generar problemas gastrointestinales.
Lo primero que deberíamos hacer es visitar al médico para que ponga solución a nuestro problema, no vaya a ser que nuestra afección venga por algún motivo físico.
Para evitar las digestiones pesadas, realiza más comidas al día pero de menor cantidad, e intenta evitar la patata con carnes rojas, esta combinación cuesta mucho de digerir.
Y sobre todo no te agobies. Entiende el proceso sin castigarte y siendo constante.
¿Está justificada la ansiedad por comer dulce?
Cuando tenemos problemas emocionales solemos refugiarnos en la comida. Es normal, comer lo que nos gusta (dulce o salado) suele generarnos una sensación de felicidad que dura muy poco. Realmente esto es un parche que tapa una herida que no terminamos de curar.
Ya es un hecho científico que comer carbohidratos simples favorece aún más la apetencia de estos, sobre todo si no desayunamos o hacemos un mal desayuno.
Imagina lo que ocurre cuando se junta este tipo de dieta y los problemas. Tienes que ser fuerte y dar un paso hacia adelante, empieza por comer bien.
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Sobre el autor
Para mí, ayudar a las personas no es solo una cuestión profesional. Me encanta desarrollar los lazos personales con mis clientes. Creo que eso es el ingrediente fundamental de mi éxito.
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